1.5. Tipos de búsqueda
Es indudable que internet se ha convertido en la herramienta por excelencia a la hora de buscar y localizar información. Cuando los usuarios utilizamos los motores de búsqueda, dejamos un rastro que empresas e instituciones pretenden rentabilizar y no dejan pasar la oportunidad de influir en nuestras decisiones. La manera en que los motores ofrecen los resultados a los usuarios ha cambiado mucho desde los inicios de internet, y este hecho también condiciona los tipos de búsqueda que hacemos en la Red.
Las tipologías básicas, presentes desde los inicios de internet, pretenden encontrar:
- Un sitio web: búsquedas destinadas a encontrar una página web o una aplicación en línea sin tener que escribir su dirección URL. Cuando escribimos «youtube» o «netflix» en la caja de búsqueda, no pretendemos encontrar información sobre estos servicios, sino acceder a ellos directamente.
- Información: el objeto de la búsqueda es encontrar la información más relevante alojada en la Red sobre un tema. Esta información se puede obtener a través de muchos formatos: texto, imagen, vídeo, infografía, mapa, documento PDF, presentación de diapositivas, glosario, directorio, etc.
- Un producto: en este caso, la búsqueda suele tener como objetivo la adquisición de un producto o un servicio. Las empresas dedican muchos recursos y esfuerzos a conseguir los posicionamientos más favorables, y es una de las principales fuentes de ingresos de los buscadores.
Los motores de búsqueda tienen muy estudiados los comportamientos de los usuarios, y por eso cuidan mucho el diseño de su página de resultados (SERP, en inglés) y procuran satisfacer las necesidades de los usuarios y también sacar rendimiento comercial de ello.
Si nos centramos en Google, sin duda el buscador más popular, podemos comprobar su diversidad a la hora de mostrar resultados en función de cómo interpreta las necesidades del usuario. Si intentamos buscar, por ejemplo, un personaje histórico, nos mostrará en primer lugar los artículos de Wikipedia y también, a la derecha de la pantalla, un gráfico de conocimiento que permite tener datos de manera inmediata y visual:
Si, en cambio, buscamos una canción, Google nos ofrecerá la posibilidad de ver un vídeo de Youtube con la interpretación de la pieza hecha por su intérprete original, así como otras grabaciones.
Si, en cambio, escribimos «viaje a Roma», los primeros resultados son anuncios patrocinados (entre estos, de un servicio propio de venta de billetes) y, a la derecha, el cuadro de conocimiento con información extraída de Wikipedia.
Si queremos seguir viendo la versatilidad de la página de resultados de Google, podemos comprobar que la introducción de palabras como «ibex 35», «de Barcelona a Andorra», «translate canelobre», «comprar olla», «candy crush», etc. proporciona visualizaciones de resultados muy diferentes.
Google sofistica su motor de búsqueda y procura ofrecer los resultados de manera más inmediata. Por ejemplo, podemos usar la barra de búsquedas como calculadora (lo veremos si escribimos un cálculo aritmético como «3+12/100»).
El motor de búsqueda interpreta que queremos hacer una operación, y nos abre una calculadora perfectamente funcional, con el resultado. No solo admite operaciones simples, sino que escribiendo una función como «cos(3x)+sin(x), cos(7x)+sin(x)», obtendremos su representación gráfica:
La barra de búsqueda también nos sirve como conversor de unidades (figura 8), de monedas (figura 9) e incluso de código de colores (figura 10).